presentat per l'Antoni Clapés, ens arriba el poeta xilè,
(tot just desembarcat a Barcelona)
Juan Carlos Villavicencio que ens llegeix obres del seu poemari
i acaba amb aquest dedicat a l'incendi que va patir la ciutat de Valparaiso
De tu carne siempre abierta al cosmos,
de tu océano sangre como calles, corazones
como alturas que no cesan,
el grito i maravilla contra el esqueleto tumbado de cenizas
o el viento enfrentando el filo
donde las horas se trizan ante la insistente afrenta
a la lógica o la gloria entre las ruinas,
Valparaíso,
eco de todo infierno i gemido en la tierra
contra el mar,
contra cada augurio la insistencia mayor de un puerto
siempre herido i crudo i áspero
que no deja silueta alguna en las olas o las velas
de todo siglo nuestro en su tristeza
i todo ejemplo donde el fin del hombre
puede más que el hombre,
cuando todo gesto refracta la huella contra otro mundo,
no olvida
la verdad i crudeza de un respiro persistiendo
bajo toda estrella nueva,
o acaso muerta junto al mar.
de tu océano sangre como calles, corazones
como alturas que no cesan,
el grito i maravilla contra el esqueleto tumbado de cenizas
o el viento enfrentando el filo
donde las horas se trizan ante la insistente afrenta
a la lógica o la gloria entre las ruinas,
Valparaíso,
eco de todo infierno i gemido en la tierra
contra el mar,
contra cada augurio la insistencia mayor de un puerto
siempre herido i crudo i áspero
que no deja silueta alguna en las olas o las velas
de todo siglo nuestro en su tristeza
i todo ejemplo donde el fin del hombre
puede más que el hombre,
cuando todo gesto refracta la huella contra otro mundo,
no olvida
la verdad i crudeza de un respiro persistiendo
bajo toda estrella nueva,
o acaso muerta junto al mar.
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